Wilmar Roldán, ése es el hombre. Con aroma a triunfo, el colombiano. El será el árbitro de esta finalísima en el Pacaembú, desde las 21.50 de este miércoles. Y ya tiene presión el juez, la que le metió Riquelme al quejarse del de la ida, el chileno Osses, la semana pasada. Con éste le fue bien a Boca en esta Libertadores, con dos triunfos: lo dirigió en el 3-2 contra la Unión Española, allá, y en el 2-0 a la U de Chile, en la Bombonera. En 2008, estuvo en Boca 2-Atlas 2.
Al Corinthians lo conoce menos porque lo tuvo en el debut del Timao en esta Libertadores, cuando le empató en el descuento al Táchira, en Venezuela. Sin dudas que el colombiano está ante el partido más importante de su carrera: ésta es la Libertadores en la que más partidos dirigió (llegará a los diez) y tiene una final en sus manos, entre un equipo argentino y uno brasileño, de más relevante aún que la Recopa 2011 de ida de Independiente-Inter. A tener en cuenta, para Riquelme y cía: cobró un solo penal y expulsó cuatro jugadores, y demostró ser tarjetero tres veces, cuando mostró siete, ocho y nueve amarillas. Y de nueve dirigidos, sólo una vez ganó el visitante: ¡Boca! Después de esta final, Roldán tendrá la frutilla del postre en su carrera: se va a los Juegos Olímpicos.
- M Dayan
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